¡¡¡Hola Belug@s!!!. Desde que empezó la pandemia no hemos parado de conocer nuestra propia tierra, Cataluña, y cada rincón que conocemos es más fascinante que el anterior, por su belleza, por su simplicidad y por su marcado caracter.
Esta vez, nuestra escapadas nos han llevado hasta una localidad situada en el municipio de Mont-Ral, en la comarca del Alt Camp, en las montañas de Prades, en la provincia de Tarragona, a 150 Km. de Barcelona. Hablamos de Farena.
Este pequeño pueblo sorprende por su precioso y fotogénico núcleo urbano, repleto de fuerza y carácter, que dejara a mas de un@ con la boca abierta por la belleza de cada rincón. Su núcleo urbano presenta el desnivel característico de un pueblecito de montaña medieval, con calles empedradas y casas de piedras muy juntas. No se puede acceder con coche, pero tranquilos, podréis dejarlo a escasos metros de la entrada del pueblo, aunque ya os advertimos que el aparcamiento es limitado.
Actualmente el pueblo se encuentra poco habitado, especialmente en el invierno. En verano, en cambio, se convierte en un pueblo plenamente turístico, con casas rehabilitadas y donde el turismo rural esta muy presente gracias a la proximidad de las montañas de Prades y del rio Brugent, a su paso por Farena, el cual atrae a bastantes bañistas. Además, el tramo de carretera entre la Riba y Farena es un paraje natural muy destacado por su flora.
Este idílico pueblo representa todo su potencial en cada casa, en cada fachada bien conservada, en cada tejado bien rehabilitado, un pueblo, en el que sin duda a much@s nos gustaría quedarnos a vivir.
Los servicios son limitados, pero su proximidad con otros pueblos y con la naturaleza le dan a Farena todo lo que podemos esperar de un rincón donde respirar paz, tranquilidad y un ambiente cálido.
Recorrer sus calles nos da una perspectiva que no podremos encontrar en la ciudad, por eso Farena respira un aire de crecimiento y repoblación gracias a las familias jóvenes que en el han encontrado lo que puede ser, por muchos años, su hogar.
