CATALUNYA: La Seu Medieval y Bellver de Cerdanya

¡¡¡Hola Belug@s!!!. Hoy volvemos a la carretera para visitar nuestra tierra, Cataluña.

 

La Seu Medieval

La Seu d’Urgell es una ciudad milenaria y su conocimiento global pide un amplio diálogo con espacios que son fruto del trabajo y la presencia de sucesivas generaciones de urgeleses de casi quince siglos de antigüedad

Sin pretender agotar todas las posibilidades existentes para aproximarse al paisaje y al patrimonio de la ciudad, queremos destacar un itinerario en el casco antiguo de la ciudad, que se inicia en la catedral de Santa María y su entorno monumental, el más relevante de La Seu d’Urgell y escenario del poder religioso que ha sido fundamental en el origen, el crecimiento y la consolidación de la ciudad.

La catedral está íntimamente vinculada a la existencia de un obispado que se extiende por todo el Alto Pirineo catalán y por buena parte del Prepirineo, con todo el movimiento humano y las necesidades que esta realidad genera a lo largo del tiempo. Así, diferentes tipos de edificios de culto, de residencia y administrativos han sido construidos a su alrededor, de acuerdo con los signos de los tiempos. En ese sentido, los obispados con sus catedrales (nombre indicativo del sitio donde el obispo tiene su cátedra) generan un paisaje cultural muy específico, vinculado al medio urbano con sus equipamientos y edificios anexos propios, como claustros, dependencias y capillas menores, y también con residencias singulares o palacios ocupados por los obispos o los canónigos, iglesias parroquiales y edificios de servicios.

El recorrido continúa por la calle de los Canonges, la calle Mayor y los restos del antiguo recinto amurallado.

 

Bellver de Cerdanya

La ubicación de Bellver de Cerdanya y su entorno, del que forma parte el Parque Natural del Cadí-Moixeró, favorecen la práctica de los deportes de aventura y del excursionismo. Bellver de Cerdanya está en el centro de la subcomarca de la Batllia.

El término se extiende a ambos lados del Segre, río que riega el término juntamente con sus afluentes, ríos y torrentes: el del Ingla o de Santa Maria, el de Pi, el de Ridolaina, el de Cap de Bou, el de Quera y el río Duran. Al sur, el municipio llega hasta la sierra del Cadí. Bellver es el municipio de la Cerdanya que cuenta con más superficie de terreno en el Parque Natural del Cadí-Moixeró.

Asimismo, la historia ha dejado muchos vestigios tanto dentro como fuera de los diecinueve núcleos que integran el municipio, como las iglesias de Sant Julià de Pedra, Santa Maria de Talló y Santa Eugènia de Nerellà, además del conjunto histórico de Bellver.

La villa de Bellver tiene bastantes habitantes y un aspecto comercial, mientras que los pequeños núcleos que conforman la denominada Batllia de Bellver se dedican a la agricultura y la ganadería.

Con el túnel del Cadí, el turismo se ha convertido en uno de los principales motores económicos del lugar, especialmente el turismo rural de fin de semana. El sector de servicios y la construcción han experimentado un gran desarrollo debido a este fenómeno.

La agricultura y la ganadería son muy importantes en Bellver. Los principales cultivos son el forraje, los cereales, las patatas, las legumbres, los productos de la huerta, como los nabos de Talltendre, y los frutales, como las peras de Puigcerdà.

La industria alimentaria elabora productos de calidad, algunos artesanales. Los embutidos como la llonganissa y el pa de fetge tienen mucho renombre.

La Batllia, reconocida como subcomarca de la Cerdanya, tiene unos orígenes que se remontan al antiguo pagus de Talló, del siglo IX.

Situado estratégicamente en la frontera entre los condados de Cerdanya y de Urgell, el núcleo principal de Bellver de Cerdanya fue, en sus principios, un castillo de vigilancia de las importantes comunicaciones que pasaban por la zona.

El desarrollo como villa empezó en 1225, gracias a la carta de poblamiento que le fue otorgada por Jaime I, que hizo pasar el camino real que iba desde la Seu d’Urgell a Puigcerdà por el núcleo de Bellver. Se construyeron torres y murallas, y sus habitantes tuvieron privilegios que ampliaron los monarcas posteriores.

Dada su posición cerca de la frontera con Francia, Bellver sufrió el ataque constante de las tropas francesas durante siglos y llegó a ser ocupada a menudo entre los siglos XV y XVIII.

Pero éstos no fueron los únicos conflictos que sufrió la villa. El bandolerismo y el enfrentamiento entre los “nyerros” y “cadells” –bandos que dividían la nobleza catalana durante los siglos XVI y XVII- tuvo como escenario principal la población, donde todavía se conserva la torre de Cadell, una antigua masía fortificada. El antiguo castillo quedó destruido con la explosión del polvorín en 1665.

En el siglo XIX, el poeta castellano romántico Gustavo Adolfo Bécquer residió unos meses en una fonda de Bellver, donde se inspiró en paisajes y leyendas locales para escribir la obra La cruz del diablo.

La Guerra Civil tuvo un episodio que forma parte de la memoria colectiva de Bellver, cuando unos jóvenes del pueblo mataron a un cabecilla anarquista en 1937 disparando desde un punto elevado del municipio.

 

Que ver en Bellver de la Cerdanya

Es interesante detenerse a contemplar la arquitectura que ofrece el núcleo antiguo de Bellver de Cerdanya, que ha sido restaurado para devolverle el aire medieval. En la plaza Mayor, rodeada de soportales de piedra, se celebra la Feria de Sant Llorenç y las Jornadas de los Refugios Cátaros. Entre los edificios, hay que destacar la antigua aduana, hoy Casa Consistorial.

Al lado de la plaza se encuentra la iglesia de Sant Jaume i Santa Maria, que pertenece al gótico catalán. Lo que se puede ver actualmente es la restauración que se hizo en el siglo XIX, después de un incendio que provocó muchos desperfectos.

En la plaza del Portal, en el núcleo fortificado, se encuentra la torre de la Presó, que servía de defensa del núcleo amurallado.

En la parte baja, junto al Segre, se sitúa la actual Farinera hidráulica, que fue un molino real en la Edad Media. También es recomendable visitar el Sequer de les Pinyes, donde se extraían años atrás las semillas de los pinos negros y rojos para enviarlas a todo el Estado.

En el núcleo de Talló encontramos la iglesia de Santa Maria de Talló, documentada ya en el siglo X y reconocida como uno de los ejemplos más monumentales del románico ceretano, hasta el punto que es conocida como la catedral de la Cerdanya.

En el territorio de la Batllia se pueden visitar numerosas edificaciones religiosas románicas, como Santa Cecília de Beders, Sant Marcel de Bor, Sant Julià de Pedra, Santa Eugènia de Nerellà, Sant Andreu de Baltarga, la capilla de Sant Martí dels Castells, Sant Serni de Coborriu, Sant Policarp de Cortàs, Santa Eulàlia d’Éller, Santa Maria d’Ordèn, Sant Mamet d’Anes, y Sant Iscle y Santa Victòria de Talltendre.

En el valle del Ingla se ha encontrado un conjunto rupestre que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

 

Que hacer 

Por las características de la naturaleza que lo rodea, Bellver de Cerdanya tiene una gran oferta para la práctica de deportes de aventura. Por todo el municipio hay caminos señalizados para hacer senderismo, como la ruta de los Cátaros, la ruta de los Caballos del Viento o la ruta de los Segadores, entre otros.

Un itinerario interesante es el que lleva a la cueva de Anes, cerca de Bellver, y a la cueva de la Fou, cerca de Bor, donde la tradición dice que viven las encantades, unos seres sobrenaturales que se mueven entre la frontera del bien y del mal.

La proliferación de cuevas dentro de estos parajes hace que sea un lugar idóneo para la espeleología. Sólo hay que citar la sima de las Gralles, en el núcleo de Santa Magdalena, y las cuevas de Talltendre. En las afueras de Bor están las tutes, grutas donde se han encontrado restos prehistóricos de la Edad del Hierro. Otro resto del pasado es el dolmen de coll de Fans, entre Ordèn y Cortàs.

Pablo Picasso paseó a menudo por estos parajes. En concreto se sabe que hizo el camino de Gósol a Bellver varias veces.

También hay la posibilidad de hacer excursiones a caballo y en bicicleta de montaña. En cualquier medio, es recomendable una visita a la montaña del Pi, donde está la Roca Foradada y el Pradell, en un paisaje encantador.

Desde los miradores del centro de la villa de Bellver se puede disfrutar de una magnífica vista.

En el mismo pueblo se celebra una muestra de anticuarios a finales de agosto, y durante el puente de la Constitución, una feria de deportes de los Pirineos.

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