ANDALUCIA: Recorrido de Dos Días Por Sevilla

¡¡¡Hola Belug@s!!!. Se cree que los Tartessos, civilización del suroeste de la península Ibérica, fundaron Sevilla en torno al siglo IX antes de Cristo (a. C.), bautizándola con el nombre de Spal o Ispal.

Siglos después, ya en el 712 d. C. Musa o Muza conquistó Sevilla, comenzando así la larga ocupación musulmana, de cinco siglos.

En esta época la riqueza cultural de la ciudad, denominada ahora como Ishbiliya, creció enormemente, llegando a convertirse en la más importante de Al-Ándalus  sctual Andalucía.

 

Como Llegar

Sevilla es un destino abierto al mundo, perfectamente comunicado con las principales ciudades de Europa. A Sevilla podéis llegar de la manera que más os guste: por aire, por carretera, por tren… e incluso por mar. Aquí os dejamos todas las opciones.

Avión

Si decidis volar a Sevilla, aterrizareis en el Aeropuerto de Sevilla, también llamado Aeropuerto de San Pablo. Un aeropuerto de primer nivel en una ciudad que posee una larga tradición aeronáutica. No en vano, junto al aeropuerto de Sevilla, se extiende uno de los complejos aeronáuticos más importantes de Europa.

Desde el aeropuerto de Sevilla podeis llegar al centro de Sevilla en apenas 15 minutos si utilizais coche propio, alquilado o si coges un taxi, y en unos 35 minutos si optas por el autobús.

Barco

Sevilla tiene salida al mar gracias al Río Guadalquivir, el único río navegable de España. Por esta razón a Sevilla llegan cruceros llenos de viajeros cada año. Y llegan hasta la orilla misma del centro de la ciudad, a un paso de peatón, literalmente, del Parque de María Luisa. Recientemente se ha inaugurado una nueva terminal de cruceros dado el auge que este tipo de turismo está teniendo en Sevilla.

Llegar en barco a Sevilla tiene un encanto especial. Entrar en el Guadalquivir desde el Océano Atlántico por Sanlúcar de Barrameda, y remontar el río entre el esplendor del Parque Nacional de Doñana y los arrozales de la marisma, es una experiencia que no olvidarás

 Tren

Llegar a Sevilla en tren es posible llegando a cualquiera de sus estaciones, además Sevilla es una ciudad pionera en el desarrollo de la alta velocidad en España. De hecho, en 1992 fue el destino inaugural de la primera línea ferroviaria de alta velocidad que se construyó en nuestro país.

Actualmente se puede llegar a la Estación de Santa Justa en líneas de alta velocidad desde Córdoba, Madrid, Zaragoza y Barcelona en la línea suroeste-noreste de AVE y desde Málaga a través de trenes AVANT. Y gracias a las conexiones de alta velocidad con Europa, hoy en día  una persona podría viajar por ejemplo de Londres a Sevilla sin dejar de utilizar la alta velocidad.

Desde la Estación de San Bernardo circular los trenes de Media Distancia que conecta Sevilla con Cádiz y Málaga.

La ubicación de ambas terminales es formidables, se encuentran a escasos minutos andando del centro de la ciudad.

 

Donde Dormir

Nosotras nos hemos alojado en Hotel Sevilla Center, hotel 4 estrellas, situado a 15 minutos a pie del centro histórico de Sevilla, junto a los jardines de la Buhaira.

Las habitaciones del Sevilla Center son amplias y presentan una decoración tradicional. Todas disponen de aire acondicionado, TV vía satélite y minibar.

Ofrece piscina de temporada en la 3ª planta, un restaurante con vistas panorámicas y conexión Wi-Fi gratuita. El Sevilla cuenta con un gimnasio, una sauna y una bañera de hidromasaje.

La catedral está a 20 minutos a pie y la plaza de toros, a poco más de 2 km. La plaza de España queda a tan solo 15 minutos a pie. El hotel se encuentra a 200 metros de la estación de metro, donde también se puede coger el autobús al aeropuerto de Sevilla

Durante la Feria de Abril de Sevilla, el hotel ofrece un servicio de traslado gratuito a la zona donde se celebra. Para obtener más información sobre los horarios y reservar plaza, deberá poneros en contacto con el hotel mediante los datos que figuran en la confirmación de la reserva.

 

Ruta por Sevilla 

Bar Entrepuentes

Cerca del Hotel Center Sevilla encontrsreis este pequeño bar donde los desayunos tienen dos dd las tres bes: buenos y baratos.

Las cantidades son generosas y son la parada perfecta para iniciar la mañana con energía y con el estómago lleno.

Parque de Maria Luisa

Sevilla es una ciudad con innumerables atractivos que merecen ser visitados. Entre ellos merecen destacarse sus Parques y Jardines, especialmente uno que es referente nacional e internacional y que constituye un verdadero pulmón verde para la ciudad: el Parque de María Luisa.

La Delegación Urbanismo, Medio ambiente y Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla pretende que la visita a los contenidos de su portal web que se refieren al Parque de Maria Luisa, trasmita la esencia de éste: de sus monumentos, edificios y glorietas, de sus fuentes y estanques y de su carácter romántico que contrasta con un entorno rodeado de modernidad y vanguardia.

En 1849 los duques de Montpensier, adquirieron el Palacio de San Telmo, hoy sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía. Entre las diversas obras que acometieron en él, encargaron al jardinero francés Lecolant la ejecución de un gran jardín acorde con la majestuosidad del edificio que habían convertido en su residencia. Con objeto de disponer de suficiente superficie compraron terrenos colindantes como la Huerta del Naranjal y aquéllos sobre los que se asentó el antiguo convento de san Diego.

Lecolant diseñó un gran jardín que, acorde con la moda del momento, seguía los dictados del paisajismo a la inglesa, incluyendo pinceladas de pintoresquismo que, en ocasiones, aludían a estilos propios de otras latitudes como la jardinería oriental, y en otras supusieron la ubicación de restos arqueológicos propiedad de los duques. No obstante, el diseño incluyó también composiciones dentro de la ortodoxia del formalismo francés al que, lógicamente, Lecolant no era ajeno.

En mayo de 1893 una gran parte de ese jardín fue cedido por la duquesa viuda, la Infanta María Luisa de Borbón, a la ciudad. Con anterioridad, el Ayuntamiento le había pedido permiso para poder trazar una calle que hiciera posible la conexión, con el río, de la parte situada más allá del antiguo convento de San Diego, con lo que surgiría el Paseo de María Luisa.

A partir de ese momento, todo este gran jardín que quedaba al sur de la nueva vía y que llegaba hasta el paseo de Bella flor –donde se ubicarían los Jardines de las Delicias- iba a ser un parque para la ciudad, que agradecida, lo llamaría Parque de María Luisa.

En Junio de 1909, se lanza por vez primera la idea de celebrar una Exposición Hispanoamericana en Sevilla que es rápidamente secundada por diversos estamentos de la ciudad. Al año siguiente se realizan las primeras aportaciones económicas por organismos oficiales entre los que lógicamente se encuentra el Ayuntamiento. Éste ofrece el parque de María Luisa y terrenos adyacentes de su propiedad como posible ubicación de la misma. Se estudian otros mientras algunos se oponen al uso del parque temiendo su deterioro manifestando que se trata, además, de una zona sujeta a inundaciones. Al fin una vez asegurado que la zona quedaría protegida del agua una vez se efectuaran las obras pertinentes de defensa, el recién creado Comité para la organización del certamen decide, en abril de 1910, que los terrenos ofrecidos por el Ayuntamiento serán los de ubicación de la Exposición. En ellos quedan incluido el Parque de María Luisa y los Jardines de las Delicias.

Se piensa entonces en una adecuada adaptación del parque para que, sin que se deteriore, sirva correctamente como marco para la celebración de la Exposición. Como director de los trabajos de planificación general y de las obras de edificación se elige al arquitecto Aníbal González. Para las necesarias obras específicamente de jardinería se busca a un especialista de reconocido prestigio y la elección recae en Jean-Claude Nicolás Forestier, ingeniero francés que era conservador de los parques y jardines de París y autor de numerosas obras fuera de su país.

En Enero de 1911, Forestier elabora un anteproyecto que fue aprobado en abril de ese mismo año, encargándosele el proyecto definitivo que fue presentado a las autoridades sevillanas en noviembre. En el proyecto, junto con una detallada memoria y presupuesto, Forestier incluye los planos que contienen el diseño que ha pensado para la reforma del parque. Toma como centro de toda la composición gran parte del núcleo del jardín anterior diseñado por Lecolant, constituido por el eje que une la isleta o estanque de los patos y el montículo del Gurugú.

Respetando el paseo de María Luisa,  Forestier refuerza ese eje con la ejecución del estanque de los lotos, en una de sus cabeceras, y con la de la fuente de los Leones al pie del Gurugú, reacondicionando el estanque de los patos. Como articulación de toda la superficie disponible, crea dos grandes avenidas paralelas: las denominadas más tarde avenida de Pizarro, agradable paseo cobijado por sóforas y la de Hernán Cortés majestuosa bóveda vegetal a cargo de plátanos de sombra, además de una poderosa transversal, la denominada Avenida de Rodríguez Casso que pensaba abrir el parque hacia la zona del Prado de San Sebastián. La ejecución posterior de la Plaza de España,  la convertiría en un privilegiado eje de acceso a la misma, hoy flanqueado por hermosos magnolios.

El parque se abrió al público el 18 de Abril de 1914, constituyendo desde entonces y hasta 1973, en que se inauguraría el Parque de Los Príncipes, el parque por antonomasia de la ciudad. Con las obras de la Exposición Iberoamericana, que sumarían a su recinto las grandes plazas de España y América y numerosas glorietas, ha quedado como fiel exponente de la composición ecléctica que presidió durante la primera mitad del siglo XX gran parte de las realizaciones de espacios ajardinados y de los que la ciudad de Sevilla es significativo ejemplo. Compromiso entre las formulaciones paisajísticas y la rigurosidad de los trazados de la ortodoxia francesa, su adaptación al Sur y al ambiente del regionalismo imperante en el momento, hizo de la glorieta la base de su composición. Su acentuado carácter local pese a la filiación de los que intervinieron en su diseño, mostrada tangiblemente en el profuso uso de materiales tradicionales como el ladrillo y la cerámica, lo convierte en un exponente significativo de una manera de abordar la jardinería pública hoy olvidada y relegada por otras de mucha mayor aceptación al gusto de los usuarios de estos tiempos.

Parques como el Alamillo o el Infanta Elena, con una nueva teoría naturalista casi de espacios rurales traídos al interior de la ciudad con un uso masivo de vegetación autóctona, han introducido una visión nueva que, si ha de ser señalada por algo, es por el olvido de la glorieta, acuerdo entre vegetación y arquitectura que fue y es la base de la composición del gran parque de Sevilla.

Gran parte de éstas glorietas han sido cuidadosa y detalladamente restauradas mediante actuaciones continuas que han perseguido su conservación en las mejores condiciones posibles, haciendo frente al deterioro natural por el paso del tiempo y a los frecuentes destrozos causados por actos vandálicos.

El rítmico ruido de los aspersores en los silencios del caluroso verano de Sevilla, cada vez menos frecuentes sustituidos hoy por otras técnicas más eficaces, acompañado por el penetrante trino de los mirlos y el lejano eco de un coche de caballos que recorre sin prisas sus avenidas de tupida sombra; el lento caminar por sendas y caminos, que esconden tras la espesura de su densa vegetación, pequeñas glorietas donde el agua, rebosante muchas veces, desborda canalillos y estanques para humedecer cerámicas y arriates; el pausado borboteo de fuentes y surtidores; los anaqueles, hoy vacíos, que recuerdan los días dorados de la Exposición Iberoamericana, ponen, ahora y siempre, ante los ojos del sorprendido paseante un gran jardín que casi sin quererlo encierra entre sus árboles -para el que quiera y sepa descubrirla- una gran parte de la historia reciente de la ciudad.

Bar Santa Cruz «Las Columnas»

En el centro de Sevilla, cerca de la Catedral y justo en la entrada al barrio de Santa Cruz, encontramos la bodegas Santa Cruz-Las Columnas, uno de los bares mas animados de Sevilla tanto por su privilegiada localización, como por su solera y con la ventaja que desde su terraza cercana a la Giralda podremos disfrutar del ambiente típicamente sevillano.

Un local que se ha convertido en el punto de encuentro tanto de sevillanos como de visitantes.

La Bodega Santa Cruz suele estar siempre «hasta la bandera», hasta el punto que a veces es difícil entrar y la gente hace de la calle una progresión del bar.

Las razones son claras, el bar no puede estar mejor situado, las tapas son baratas y buenas y el ambiente es de lo más genuino con los camareros gritando la comanda y apuntandola con tiza en la barra lo que incrementa aún más el ambiente de taberna clásica, de las que ya pocas quedan.

La calidad de sus tapas es mas que buena, destacando la tortillita de bacalao, o la de patatas, los flamenquines o los molletes de pringá.

Sin duda una buena elección para comenzar o descansar de vuestra visita al centro de Sevilla.

La Giralda

Alminar de la mezquita mayor de Sevilla, hoy Catedral de la ciudad, su construcción comenzó en 1184. Su nombre proviene de la veleta que remata la torre y que se conoce como el Giraldillo, que es, quizá, el símbolo más conocido de la ciudad. Siendo en su día la escultura en bronce más grande del Renacimiento europeo, tuvo como nombre originario el de Triunfo de la Fe Victoriosa.

Su edificación concluyó en 1568 con la añadidura del cuerpo renacentista de campanas. Como dato curioso, cabe comentar que en la ciudad de Marrakech existe una torre gemela.

La torre, debido a su compleja historia, está constituida por varios cuerpos perfectamente imbricados, ejemplo del crisol de culturas existente en la ciudad. Para la construcción del cuerpo musulmán, tal y como se puede apreciar en su base, se emplearon los restos de algunos edificios y sillerías de la Hispalis romana, como muestran varios sillares con epigrafía latina.

El cuerpo principal es de planta cuadrada y el remate superior muestra un depurado estilo renacentista llevado a cabo por Hernán Ruiz II.

La Giralda cuenta con un total de 24 campanas, de las que 18 son de volteo y 6 de badajo. Se trata, pues, de la catedral de España con un mayor número de campanas.

La Catedral de Sevilla

A finales del siglo XII el califa Abú Yuqub Yusuf manda a construir la Catedral de Sevilla de la ciudad de Sevilla, levanta entonces el alminar que más tarde se convertiría en la famosa Giralda.

En 1248, Fernando III de Castilla, conquista la ciudad para los cristianos y la mezquita de la ciudad pasa a convertirse en la iglesia de Santa María de la Sede y catedral de la ciudad. En los siglos posteriores tanto la Giralda como la catedral sufren diversas modificaciones y ampliaciones.

Hoy, la Catedral de Sevilla es el templo gótico más grande del mundo. Además de la Giralda, el Patio de los Naranjos es herencia directa de su etapa como mezquita. La Catedral de Sevilla cuenta con 10 puertas; la Puerta de la Asunción, es la principal del templo y la Puerta del Perdón, la más antigua de todas y la única que se conserva de la vieja mezquita almohade.

La Catedral, consta en su interior de cinco naves, la central con 36 metros y la del crucero con 40 son las mas altas, Entre las numerosas capillas y altares, una de las más sorprendentes es la Capilla Real, en ella se encuentra la imagen de la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad, además, en ella descansan los restos de numerosos monarcas. Fernando III, su mujer Beatriz de Suabia, Alfonso X El Sabio o Pedro I El Cruel, entre ellos. El Retablo Mayor, es más grande de la cristiandad. Una gigantesca obra de arte rodeada de una gran reja.

Elaborado en madera policromada consta de un conjunto de 44 relieves y más de 200 figuras de santos. Tiene casi 400 metros cuadrados de superficie. En el interior de la Catedral también se encuentra la tumba de Cristóbal Colón.

Posee un patrimonio artístico muy rico, está considerada una de las mejores pinacotecas de España, pueden verse obras de Murillo como el retrato de San Fernando, El bautismo de Cristo o la Inmaculada; de Goya, Santa Justa y Rufina y otras obras de Alonso Cano, Francisco Herrera el Mozo o Luis de Morales, entre otros.

En esculturas hay obras de Pedro Roldán, Alonso Martínez, Juan de Mesa o Martínez Montañés que realizo en 1603 para la Cartuja de Sevilla el Cristo de la Clemencia o de los Cálices obra cumbre del barroco sevillano y que en la actualidad puede admirarse en este recinto.

Entre las numerosas piezas de orfebrería hay que destacar la Custodia realizada por Juan de Arfe en 1580.

Hijos de E.Morales

En Sevilla quedan, afortunadamente, un buen puñado de espacios como Casa Morales. Bodegas de antaño con toda su esencia, con esa oferta imperdible de cocina popular andaluza y vinos de la tierra.

Algunos la llaman Bodegas Morales. Otros se pasan al singular para referirse a ella como Bodega E. Morales. Y otros familiarizan la denominación quedándose con Casa Morales. Aunque el rótulo de la entrada, en el que se recuerda su fundación en 1850, rece «Hijos de E. Morales». Discrepancias que sacan a relucir una relación íntima con quienes sienten esas cuatro paredes como parte de sí mismos.

Está considerada una de las barras más antiguas de la capital andaluza, concretamente la segunda más antigua. Una taberna que nunca ha renunciado a la sota, caballo y rey que definen las esencias de un espacio como el suyo: tapas, guisos tradicionales y una cocina popular. De los imprescindibles nos quedamos con los embutidos, quesos, chacinas y salazones para abrir el apetito. Y de un tentempié pasamos a platos de cuchara de los que reviven, como menudo con garbanzos, espinacas con más garbanzos o sangre encebollada.

La oferta de preparaciones continúa con un largo despliegue de montaditos de diversa índole, tapas exquisitas como la de pringá casera, chicharrones o pescaíto frito y platos contundentes tanto de carne como de pescado. Destacan la caldereta de toro de lidia, las pavías de bacalao, los chipirones en su tinta, los riñones cocinados al jerez, el pastel de cabracho, el lomo de salmón, el jamón con salmorejo o el pastel de carrilla con foie.

El riego de tanto primor gustativo se realiza con alguno de los vinos que pueblan los estantes que adornan las dos estancias de este espacio, una con impresionantes tinajas de barro, con acceso desde dos calles. Son vinos de Valdepeñas, de los que inicialmente vendió este negocio a granel, y otros caldos de procedencias cercanas y del resto de España. Dejarse asesorar por los experimentados camareros será una buena y enriquecedora idea

Baratillo

La incomparable ubicación del restaurante, frente a la Hermandad del Baratillo y la Real Maestranza, convierten al Bar Baratillo en el punto de encuentro más conocido del mundo taurino de Sevilla. Sevillanos y visitantes convergen en el Baratillo para vivir la tradición del tapeo en pleno Arenal.

Excelente gastronomía en uno de los bares sevillanos más conocido por sus tapas, vinos y cervezas. Muchos dicen que sólo cuando hayas estado en el Baratillo podrás decir que tapeaste en Sevilla.

Con una decoración que transmite la pura pasión sevillana, las dos salas reúnen una de las mejores colecciones de cabezas de toros y sus techos de madera recuerdan a las antiguas bodegas andaluzas. En las paredes del Baratillo también encontraréis una gran colección de carteles taurinos históricos de festejos de toda España.

Las paredes de piedra y ladrillo, junto con los bancos eclesiásticos del siglo XIX, os transportarán en el tiempo a la Sevilla de principios de 1900. Así, los detalles tradicionales se funden con la barra modernista, rescatada de unos grandes almacenes de la ciudad.

Torre del Oro

La Torre del Oro de Sevilla se construyó en el siglo XI. Con caracter defensivo, indicaba el acceso al Puerto de Sevilla y desde su base, una cadena tendida hasta la otra orilla, impedía la navegación por este tramo del Guadalquivir, durante la noche.

Su nombre se debe a los azulejos vidriados en dorado que la recubrían y a las riquezas y metales preciosos, procedentes de América, que se almacenaban en ella.

El terremoto de Lisboa del siglo XVII afectó a su estructura. Con su remodelación se le añadió el remate superior que presenta en la actualidad.

En su interior, se acojen cuadros, cartas marinas, mapas, maquetas, grabados, instrumentos de navegación, y otros elementos históricos.

Taberna Ajo y Agua

La abacería Ajo y Agua de La Alfalfa vuelve a tener en marcha un segundo establecimiento en calle Manuel Villalobos, en el barrio de la Macarena. Este local comenzó a funcionar en 2021 pero debido a unas obras en la zona ha permanecido cerrado durante seis meses. El 14 de abril retomó la actividad con un concepto diferente al de un espacio en el que hacer sobremesa, como lo hizo en los comienzos. Ahora, este Ajo y Agua se define como un «trastobar».

Según Fernando Maillo, quiere aprovechar el espacio para, además de funcionar como el Ajo y Agua original, como lugar de celebración de pequeños eventos de todo tipo.

Para ello cuentan con un salón con una capacidad para veinte personas, donde, según Maíllo, los clientes podrán «trastear sus ideas». Como sucediera con los inicios del establecimiento de la Alfalfa, nace de espejo para pequeños y grandes artistas que quieran exponen sus obras, con exposiciones que que van cambiando periódicamente.

Por ahora la carta de ambos Ajo y Agua son la misma, aunque quieren ampliar la oferta gastronómica del trastobar: cocina y guisos caseros, como las albóndigas, los garbanzos con espinacas, y opciones frías como el pastrami de presa ibérica, mojama o el guacamole preparado por ellos mismos.

Bodega La Aurora

Cinco generaciones han pasado por la barra de la bodega La Aurora desde 1913. Cien años de buen vino, cerveza Cruzcampo y esas tapas que enganchan para permanecer siempre en la penúltima. Incluso aún se conserva en una esquina la escalera que llevaba a la vivienda de la familia.

Cinco generaciones han pasado por la barra de la bodega La Aurora desde 1913. Cien años de buen vino, cerveza Cruzcampo y esas tapas que enganchan para permanecer siempre en la penúltima. Incluso aún se conserva en una esquina la escalera que llevaba a la vivienda de la familia.

Hoy día, los hermanos Sánchez Ruíz regentan la bodega, que mantiene sus puertas abiertas en La Alfalfa con más energía que nunca. Ya solo los precios de las tapas atrae y lo apetitoso de estas provoca que uno se quede. Son bocados de siempre, al igual que la decoración de la bodega, con la barra de madera intacta desde principios del siglo pasado. La ensaladilla casera que hace Ana es un clásico, como la pringá o el choricito al infierno, que no necesitan nada más que dos rebanadas de pan.

Por aquí han parado personajes de lo más variopinto: poetas, pintores, políticos… La afición al mundo taurino está presente, no es de extrañar que grandes ganaderos hayan hecho de esta su casa. Buenas tertulias han tenido lugar aquí, así como cantaores se han arrancado a cantar más de una vez.

Catalina La Barra

Punto común entre camareros y clientes, espacio donde apoyar las consumiciones, lugar donde socializar, de ladrillo, madera, metal o la combinación de todos ellos, que da el toque final a un proyecto de restaurante… La barra del bar, aunque en sus orígenes servía de barrera, hoy es de todo menos eso. Es el punto más importante de un bar, el centro de reuniones de donde todo parte.

Una pieza fundamental en los proyectos de bares y restaurantes que define quiénes son y qué se espera de ellos. Realmente nos costaría imaginarnos un local sin su barra. Sin duda nos faltaría algo: dinamismo, interactividad y reunión son solo algunas de las características que aportan las barras de bar. Dan personalidad al local que, sin necesidad de palabras, nos cuenta qué estilo tiene. Es decir, es indiscutiblemente el eje del establecimiento, un fenómeno de masas que sí o sí debe estar presente.

Su importancia queda clara con el hecho de que la propia denominación de bar proviene de la palabra inglesa barriere que significa barra. El Grupo Catalina acaba de poner en marcha su tercer establecimiento de Sevilla. Catalina La Barra es un espacio ubicado en la Alfalfa, en el local que ocupaba el antiguo horno San Buenaventura y más tarde la Cafetería Le Gran Bistró, y que reivindica la barra del bar como punto de encuentro, y las tapas como bandera de nuestra identidad. Un establecimiento decorado por Carlos Iglesias de la mano de Persevera Producciones.

El espacio ha respetado la armonía del antiguo negocio. Entrada de madera blanca, con la estética de bistró francés, con grandes cristaleras a la Plaza de la Alfalfa. Suelos hidráulicos en blanco y negro (damero), con una gran barra y contrabarra que combinan mármol blanco y madera, con taburetes con y sin respaldo, al más puro estilo de los antiguos bares de la ciudad. Las paredes de la barra presidida por un expositor de tapas, están adornadas de azulejos esmaltados en tonos blancos y verdes. Las lámparas de bola le dan un cierto aire vintage al espacio. Fuera, una terraza con un buen número de mesas. La sensación del conjunto es aséptica, de pulcritud, minimalista, libre de detalles…

En Catalina La Barra, disfrutaréis de un espacio de restauración que se erige como adalid de la tapa sevillana, esencia de la ciudad. Su carta recoge todo tipo de propuestas adaptadas al gusto sevillano, pero pensando también en la enorme cantidad de visitantes del centro de la ciudad, apostando por los productos locales y de temporada, premisas que caracterizan a la marca. Su oferta gastronómica se basa en la estacionalidad de los recursos más representativos de nuestra tierra, generando sinergias con pequeños productores y aportando valor a su trabajo. Ellos han convertido este antiguo obrador en un lugar muy especial para el disfrute de los amantes del buen comer. Y es que, de los fogones de Catalina La Barra salen deliciosos bocados de tradición e innovación que conforman una carta muy viva, donde tienen un claro protagonismo los platos de cocina mediterránea con toques modernos. Una cocina honesta elaborada con toda la pasión y dedicación por transmitir nuestros sabores. Sabores que consiguen con los mejores ingredientes tradicionales pero tratados con mucho esmero.

Casa Martín Triana

Ya en el barrio de Triana, hoy disfrutamos dd Casa Martín,  un bar de barrio, donde no vereis turistas, sino solo publico local, gente comiendo el menu de medio dia o tomando unas buenas razones.

Ideal para coger fuerzas en el barrio de Triana tras vuestra visita a la Cartuja, Casa Martín os dejará sin palabras en muchas de sus raciones o tapas.

Monasterio de La Cartuja

El Monasterio de la Cartuja de la Inmaculada Concepción fue edificado por los monjes de la Orden de San Bruno, filial al de Santa María de la Cuevas de Sevilla, comenzando sus obras sobre el año 1503.

Su importancia se comprueba en la espadaña, la iglesia y el campanario, que aún conservan su estilo.

El acceso al conjunto se realiza a través de una gran portada, de líneas clásicas, formadas por dos pilastras toscanas que enmarcan un arco de medio punto. A su izquierda se sitúa la «Casa del Monje Porter», y a su derecha la «Capilla de los Peregrinos». Siguiendo el eje de entrada al recinto y distanciado de él, se encuentra el núcleo fundamental del conjunto. Este se compone de una iglesia y tres claustros con las distintas dependencias y cronologías.

Según sostiene la tradición, el Rey Pedro I «el Cruel» venía a una zona llamada «El Castillejo» a cazar osos con el Príncipe de Gales, el Príncipe Negro. En dicha zona, el Rey poseía un pabellón de caza que le servía de hospedaje y sobre esta edificación fue levantada La Cartuja.

Actualmente ha sido rehabilitado y declarado Monumento Nacional.

Cerveceria el Punto de Triana

Cervecería situada en el barrio de Triana, donde podréis disfrutar de un marisco de calidad y de una espectacular cerveza helada y bien tirada, además de buenos salazones, ensaladilla y montaditos.

Perfecto para comer en su terraza al solo y hacer una buena tertulia con amigos y familia. Sus mollletes están de miedo.

Basilica de la Virgen de la Macarena 

La Basílica Menor de la Santísima María de la Esperanza Macarena es de moderna construcción y alberga a las imágenes de la popular hermandad de la Macarena, fundada en 1595.

Fue bendecida el 18 de marzo de 1949 por el Cardenal Arzobispo de Sevilla don Pedro Segura y Sáenz, hasta entonces se veneraban en su capilla de la Parroquia de San Gil, incendiada en 1936.

Fue declarada en 1966 por S.S. el Papa Pablo VI Basílica Menor. El templo, de planta basilical, de una sola nave cubierta con bóveda de cañón con lunetos y cuatro capillas laterales, fue diseñado por Aurelio Gómez Millán, en estilo barroco andaluz respondiendo a los deseos de la Junta de Gobierno.

A la Basílica Menor de Santa María de la Esperanza Macarena se accede a través de un pórtico que combina arco y dintel sustentados por columnas marmóreas, sobre el que se sitúa un entablamento en el que se abre una hornacina que alberga la escultura que representa la virtud teologal de la Esperanza. En un segundo plano de la fachada se levanta una airosa espadaña, ampliada posteriormente.

El interior se decora con mármoles de varios colores y pinturas al fresco de Rafael Rodríguez, concebidas a partir de un programa iconográfico centrado en la Virgen Madre de Dios.

Tanto en el presbiterio como en las capillas laterales se sitúan retablos en madera dorada, obras del taller de Juan Pérez Calvo.

El mayor, alberga a la Santísima Virgen de la Esperanza, una de las imagen de más devoción de Sevilla, talla de mediados del XVII conocida popularmente como la Macarena, cuyo camarín con decoración de orfebrería es una de las mejores obras de Fernando Marmolejo Camargo.

En los retablos de las cuatro capillas laterales se veneran las Imágenes de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, la Virgen del Santo Rosario, Cristo de la Salvación y las Patronas de Hispanoamérica, respectivamente.

El edificio contiene un interesante museo donde podemos visitar el magnifico patrimonio de la hermandad.

 

Capital de Andalucí­a, ciudad romana, árabe, renacentista, barroca, americana, mariana, flamenca, torera, moderna, festiva, luminosa, perfumada, marinera, tradicional, hospitalaria, graciosa, cosmopolita, religiosa… Todos estos adjetivos y muchos más se podrí­an añadir a esta ciudad, que además de personificar el tópico de lo «español» y lo «andaluz», guarda tal cantidad de atractivos artísticos, culturales, de ocio, sociales y turí­sticos que la han convertido en una de las ciudades más universales, conocidas y visitadas del mundo, cuna e inspiración de escritores, pintores y artistas en general y aud sin duda no podéis perderos.

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