CANTABRIA: Monumento Natural de Las Sequoias del Monte Cabezón

¡¡¡Hola Belug@s!!!. Iniciamos nuestras andanzas por una de las comunidades con más frondosidad de árboles de roble y haya de nuestro país. Hablamos de Cantabria, y hoy nos hemos venido hasta aquí para conocer algunos de los secretos que esta tierra esconde.

Y que mejor manera de empezar que con el Monumento Natural de las Sequoias del Monte Cabezón.

Situado a escasos kilómetros de Cabezón de la Sal, es la denominación que recibe este conjunto de montes de los términos municipales de Udías, Comillas, Valdáliga y una parcela llamada Monte Cabezón.

En este último es donde se encuentra el bosque de las Secuoyas declarado Monumento Natural por decreto del Gobierno de Cantabria en 2003, pasando así a formar parte de la red de Espacios Protegidos de Cantabria.

El bosque constituye un reducto de silencio y paz.

 

Historia del Monumento Natural de Las Sequoias del Monte Cabezón 

La historia del bosque se remonta a los años 40 del siglo XX. Tiene una extensión de 2,5 hectáreas y cuenta con unos 850 ejemplares de Secuoyas de una altura media de 40 metros y un perímetro medio de los troncos de 2 metros. Se trata de un bosque de secuoyas bebé, ya que esta especie puede alcanzar más de 1.000 años y medir unos 115 metros de altura, como el ejemplar más alto con 115,55 metros llamado Hyperion, localizado en el Parque Nacional Redwood, al norte de San Francisco.

Cuenta con un recorrido adaptado para personas de movilidad reducida, aparcamientos, merendero y un mirador desde donde recrearnos con la majestuosidad de estos árboles. La verticalidad de las secuoyas nos empequeñece y obliga a mirar hacia arriba, con asombrados ojos, buscando un cielo que parece que se nos escapa entre sus frondosas capas.

 

Pero, ¿que es una Sequoia?

Se trata de un árbol muy robusto, de copa piramidal, que rebrota de raíz, superando con facilidad el centenar de metros. El tronco es derecho, muy grueso, de corteza oscura, esponjosa y profundamente fisurada. Las acículas, planas y de tono verde oscuro, se asemejan a las del tejo y presentan como particularidad dos bandas blanquecinas por el envés. Las flores masculinas son amarillas y las femeninas ovales y verdosas, de mayor tamaño.

La especie prefiere suelos frescos y profundos en ambientes húmedos con inviernos templados, pues aunque puede soportar fríos rigurosos se ve muy afectada por las heladas tardías. Es originaria del Pacífico de los Estados Unidos y se asocia, en condiciones naturales, con el pino de Oregón, arces y robles.

Quizá las dos características más definitorias de esta conífera, más allá del tamaño, sean su longevidad que puede superar el millar de años, y su rapidez de crecimiento, 1,80 metros por año entre los cuatro y los diez años de edad. Produce una madera fácil de trabajar, de buena calidad, ligera, no resinosa y de tono pardo rojizo, muy apreciada tradicionalmente en la construcción y para la elaboración de traviesas de ferrocarril.

Las secuoyas son famosas por su capacidad de resistencia al fuego, y los incendios naturales ocasionados por las tormentas eléctricas son sus aliados: queman las plantas que les hacen competencia, abren el bosque para que entre la luz solar y dejan una capa de ceniza rica en minerales que favorece su nutrición. El calor del fuego reseca y abre las piñas de los árboles produciendo una lluvia de semillas nuevas que cae sobre el manto perfectamente preparado. Después del invierno, cuando se derrite la nieve, la humedad del suelo contribuye a su reproducción.

 

Que hacer en Monumento Natural de Las Sequoias del Monte Cabezón 

Una red de senderos e itinerarios nos permite realizar pequeños recorridos y admirar su espectacularidad

Es posible realizar una ruta por el Bosque de Secuoyas. Se trata de un ruta de unos 2 kilómetros que se puede hacer en media hora y tiene forma circular. Además, cabe destacar que el recorrido es completamente gratuito y apto tanto para niños como para perros.

En cualquier caso, en el Bosque de Secuoyas encontraréis seis sendas alternativas disponibles, de tal manera que hay distintas rutas que podéis hacer en este lugar, con distintos tiempos de duración.

 

El bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal ofrece un placentero paseo donde el silencio, la luz y el ambiente que crean estos gigantes, tiene algo mágico.

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